El saxo es un instrumento de viento consta de una única lengüeta mecánica acoplada a un tubo cónico con una boca ligeramente acampanada. La efectiva longitud del tubo resonante se varía mediante un número de agujeros que pueden ser abiertos o cerrados mediante válvulas cubiertas operadas mediante teclas.
La acción del saxofón es similar a la del clarinete. Una diferencia de construcción es que el diámetro del tubo en el extremo donde se ubica la lengüeta es relativamente grande. Esto significa que la obstrucción acústica será relativamente pequeña. Por lo tanto, la unión entre el tubo y la lengüeta no es tan estrecha como en el caso del clarinete.
El resultado es que la acumulación de la vibración de la lengüeta es muy rápida, lo que otorga la forma de ataque tan característica del saxofón y su sonido tan particular.
El saxo convencional se fabrica de muchos tamaños, estos incluyen el soprano, el alto, el tenor, el barítono, y el bajo. El soprano consta de un tubo recto con una boca un tanto acampanada. Los otros emplean un tubo de boca curvado y una campana respingada.
Cada tipo de instrumento cubre un rango fundamental de aproximadamente dos y una octava y media: el bajo de La bemol 1 al Re b4; el barítono de Re b 2 al La b 4; el tenor de La b2 a Mi b5, el alto de Re bemol a La b5; y el soprano de La bemol 3 al Mi b6.
El largo total de algunos de los saxos es el siguiente: soprano, 15 pulgadas y tres cuartos; alto, 15 pulgadas y tres cuartos; tenor, 27 pulgadas y media; barítono, 33 pulgadas; bajo, 39 pulgadas.
Por: Wilmer Ruperti
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