Aunque desde Marruecos hasta Pakistán podemos encontrar diferentes variantes de este instrumento, con distintos nombres y formas, se puede afirmar que el ney es un aerófono procedente de Oriente Medio. El término “ney”, también transcrito del árabe como nai, nay o ney, significa literalmente “caña”.
El sonido de este aerófono se obtiene merced a una especial colocación del instrumento en los labios del músico, de forma oblicua. Los vibratos y adornos se obtienen con los movimientos de los labios y la cabeza, y la presión del aire expelido.
Se podrían hacer dos grandes apartados dentro de la familia del nei: de una parte la tradición árabe/turca, que abarcaría Egipto, Siria, Turquía, etc., y del otro la tradición Persa, en Irán, que presenta una técnica distinta, en la que el interprete introduce la caña en la boca, conduciendo el aire entre los dientes y la lengua.
Las posibilidades tímbricas del instrumento son excepcionales, si bien solo gracias a una práctica constante, los virtuosos llegan a dominar la técnica en su totalidad.
Es recomendable sellar con lacre los nudos de la caña para evitar los posibles escapes de aire, cuando, con el transcurso del los años, el materia se vaya secando y las capilaridades vegetales se vacíen, dejando paso al aire.
Por: Wilmer Ruperti
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