Similar al violín y a la zanfona, el nyckelharpa es un instrumento de cuerda frotada de origen sueco. Se toca con un arco corto y en lugar de pisar directamente la cuerda con el dedo, se pulsan las teclas de madera que están dispuestas debajo de las cuerdas. Los sonidos se producen accionando el mecanismo de trastes móviles conformado por las teclas y cada una se conecta con una espadilla perpendicular que cuando se toca presiona la cuerda melódica. Cuando la tecla deja de ser presionada, cae por gravedad y se deja de emitir la nota.